Cambalache
Que el mundo fue y será una porquería, ya lo se; en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublés, pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue; vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual; nada es mejor; lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón; los inmorales nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
Que falta de respeto, que atropello a la razón; cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón. Mezclaos con Stavisky, van Don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefon.
4 Comments:
SM.Este tango, es un clásico que cobra importancia en estos tiempos. Que lindo que se acerquen nuestros padres de la palabra, a la cadencia armoniosa ,nostálgica y a veces trágicamente real de la letra de un tango. Sobre todo de un maestro de la bohemia porteña , el inolvidable Discepolín.Gracias por recordarlo.un beso doble
Es de lo que más me atrae de un tango, sus letras. Hay letras míticas, es verdad. Todo un poema. Millones de besos, Rodolfo.
Y mientras lo leía lo iba cantando mentalmente...Que guay!!!
Es bonito, ¿verdad, bohemia?. Me alegro.
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