Wednesday, February 28, 2007

Modelo para armar

Entonces andaré por mi ciudad y entraré en el hotel

y del hotel saldré a la zona de los retretes rezumantes de orín y de excremento,

o contigo estaré, amor mío, porque contigo yo he bajado alguna vez a mi ciudad

y en un tranvía espeso de ajenos pasajeros sin figura he comprendido

que la abominación se aproximaba, que iba a ocurrir el Perro, y he querido

tenerte contra mí, guardarte del espanto,

pero nos separan tantos cuerpos, y cuando te obligaban a bajar entre un confuso movimiento

no he podido seguirte, he luchado con la goma insidiosa de solapas y caras,

con una guarda impasible y la velocidad y campanillas,

hasta arrancarme en una esquina y saltar y estar solo en una plaza del crepúsculo

y saber que gritabas y gritabas perdida en mi ciudad, tan cerca e inhallable,

pero siempre perdida en mi ciudad, y eso era el Perro era la cita,

inapelablemente era la cita, separados por siempre en mi ciudad donde

no habría hoteles para ti ni ascensores ni duchas, un horror de estar sola mientras alguien

se acercaría sin hablar para apoyarte un dedo pálido en la boca.

Julio Cortázar