Sunday, February 26, 2006

Vértigo

Recibiré postales del extranjero,tiernas y ajadas, besos, recuerdos.
¿Cómo están todos? Te echo de menos. Cómo pasa el tiempo...
Seremos otros, seremos más viejos,y cuando por fin me observe en tu espejo,
espero al menos que me reconozca,me recuerde al que soy ahora.
Aquellas manos, aquella mujer,aquel invierno no paraba de llover,
perdona que llegue tan tarde,espero saber compensarte.
Estás tan bonita, te invito a un café,la tarde es nuestra, desnúdame.
Tras el relámpago te decía siempre: "recogeré flores en tu vientre".
Otro hombre dormirá contigo y dará nombre a todos tus hijos.
Pero ven, acércate a mí,deja que te vea,que otras primaveras
te han de llevar muy lejos de mí.
Vértigo a que el mundo pare,que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,cuando me pierda y no señale el norte la estrella polar?
Las frías mañanas en la facultad,tú casi siempre huías conmigo al bar,
y me enfadaba si preferías el aula a mi compañía.
Sobre la mesa botellas vacías,qué sano es arrancarte esa risa,
y ahora cambiemos el mundo, amigo,que tú ya has cambiado el mío.
¿Qué haré cuando te busque en la clase,y mi eco me responda al llamarte?
Otros vendrán y me dirán que te marchaste,que te cansaste ya de esperar.
Y la ronquera, los traicioneros nervios,que me atacaban antes de cada concierto,
viejas canciones, antiguos versos,que espero retenga algún eco.
Y en el futuro espero, compañero, hermanos,ser un buen tipo, no traicionaros.
Que el vértigo pase y que en vuestras ventanas luzca el sol cada mañana.
Pero basta de lamentos,brindemos, es el momento,que estamos todos
y no falta casi nadie,que hay que apurar la noche que acaba de empezar.

(Ismael Serrano)

Wednesday, February 15, 2006

Infinito

Me calaste hondo y ahora me dueles,
si todo lo que nace, perece del mismo modo,
un momento se va y no vuelve a pasar.
Y decían qué bonito era vernos pasear,
queriéndonos infinito, pensaban:
siempre será igual.
Cómo lo permitimos,
qué es lo que hicimos tan mal,
fue este orgullo desgraciado que no supimos tragar.
Y engáñame un poco al menos,
di que me quieres aún más,
que durante todo este tiempo lo has pasado fatal, que ninguno de esos
idiotas te supieron hacer reir
y que el único que te importa es este pobre infeliz.
Y el día que yo me muera,
y moriré mucho antes que tú,
sólo quiero que una pena se llore frente a mi ataúd: que esta herida en mi alma no llegó a cicatrizar,
y estará desesperada...hasta que te vea llegar.

(E. Bunbury)

Sunday, February 12, 2006

Me va la vida en ello



Cierto que huí de los fastos y los oropeles
y que jamás puse en venta ninguna quimera,
siempre evité ser un súbdito de los laureles
porque vivir era un vértigo y no una carrera.
Pero quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello…dímelo…me va la vida en ello.
Cierto que no prescindí de ningún laberinto
que amenazara con un callejón sin salida
ante otro “más de lo mismo” creí en lo distinto
porque vivir era búsqueda y no una guarida.
Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio
quise quemarla deprisa jugando con fuego
y me abrasé defendiendo mi propio criterio
porque vivir era más que unas reglas en juego.

Tuesday, February 07, 2006

Sirena Varada


Y me he enredado siempre entre algas,
maraña contra los dedos.
Cierras la madeja con el fastidio del destino,
y el mordisco lo dan otros;
encías ensangrentadas, miradas de criminales,
a grandes rasgos,
podrías ser tú.
Echar el ancla a babor y de un extremo la argolla
y del otro tu corazón.
Mientras tanto, te sangra y el mendigo siempre a tu lado,
tu compañero de viaje, cuando las estrellas se apaguen,
tarde o temprano,
también vendrás tú.
Duerme un poco más, los párpados no aguantan ya,
luego están las decepciones
cuando el cierzo no parece perdonar.
Sirena, vuelve al mar,varada por la realidad.
Sufrir alucinaciones cuando el cielo no parece escuchar.
Dedicarte un sueño,cerrar los ojos y sentir oscuridad inmensa,
entregado a una luz,como un laberinto de incertidumbre,
esquivas la pesadilla y sobrevolar el cansancio
y en un instante,
en tierra otra vez.
El miedo a traspasar la frontera de los nombres,
como un extraño.
Dibuja la espiral de la derrota y oscurece tantos halagos,
solo en la memoria
que se va...

Thursday, February 02, 2006

Cambalache

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo se; en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublés, pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue; vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual; nada es mejor; lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón; los inmorales nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
Que falta de respeto, que atropello a la razón; cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón. Mezclaos con Stavisky, van Don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefon.

Serenata

Mis canciones te imploran tímido
con la noche;
abajo en la madera silenciosa
¡mi amor, ven a mí!
El susurro de las tapas del árbol
en la luz de la luna;
No estés asustado, mi amor, nadie nos observará.
¿Puedes oír los clamores?
¡Oh! Le imploro, mi dulce amor se lamenta,
abogue usted en mi favor.
Entiende el deseo vivo en que me siento,
sabes del tormento del amor,
con sus notas plateadas
tocan cada corazón suave.
Déjelas tocar en el suyo, también,
amor dulce:
¡oiga mi súplica!
Temblando le aguardo,
¡aparecido, tráigame la dicha!